El agua en los seres vivos
Los seres vivos contienen en su organismo entre 70% y 80% de
agua, que circula a través de los diferentes órganos del cuerpo y transporta
los nutrientes y sustancias de desecho. De esta forma, el agua no se encuentra
de manera estática en el cuerpo de los seres vivos, pues, siempre está en
movimiento.
En el caso de los
animales, el agua facilita el transporte de nutrientes que se obtienen del
alimento y ayuda a remover los materiales de desecho a través de la sangre. los
desechos se filtran en los riñones y finalmente se eliminan por medio de la
orina. En las plantas ocurren procesos similares de transporte a través de la
savia.
Debido a que el agua absorbe una gran cantidad de calor para
alcanzar el estado gaseoso, es posible regular la temperatura del cuerpo a
través de un sistema natural de enfriamiento que funciona tanto en las plantas
como en los animales. En los mamíferos, por ejemplo, cuando el cuerpo se
sobrecalienta, las glándulas sudoríparas secretan agua en la piel en forma de
sudor, el cual absorbe el calor del organismo y ayuda a que el cuerpo se enfríe
al evaporarse, manteniendo así una temperatura estable.
Otras funciones en las que interviene el agua consisten en
lubricar las articulaciones de los huesos.
Un ser humano adulto que pesa 80 kg contiene aproximadamente
75% de agua en su cuerpo y casi la mitad de ese porcentaje se encuentra
formando parte de los líquidos celulares. El cerebro humano contiene un 80% de
agua, los músculos 75% y los huesos 30%. Para mantener esta proporción de agua
en los tejidos del cuerpo es necesario beber aproximadamente 35 millones de litros
de agua durante toda la vida.
En los seres humanos, el cuerpo pierde agua a través de la
orina, las heces y la transpiración; sin embargo, el líquido se repone por
medio de los alimentos y del agua que se ingiere. El ser humano y los demás
seres vivos al consumir y eliminar el agua de sus cuerpos participan en el
mantenimiento del ciclo natural del agua
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